Venecia, 1999. Plaza Mayor. Catorce
minutos para las campanadas de Noche Vieja…
… Fría y nublosa noche en la que
un sombrero cae ensangrentado al húmedo suelo.
-¡Sombrero caro!– gritaba un hombre feo, con ojos llorosos de felicidad al haberle casi tocado “la
lotería” encontrando el sombrero. Lo primero en lo que se fijó ese hombre fue
en la etiqueta: Sirvé Manjón. Era un
sombrero colombiano, caro, hermoso y elegante. El viejo hombre cogió el
sombrero y corrió a casa sin saber los problemas que podrían surgir en ese
momento…..
Suenan las campanadas mientras
que el hombre cruza el centro comercial
Venecia Jom París. Un disparo pone
alerta a miles de personas, que reunidas en sus casas, ven retrasmitidas las
imágenes con viejas y estropeadas cámaras. Se inicia entonces un tiroteo hasta
que el director, estupefacto, grita la típica palabra para que pare una escena:
“¡corten!”
Todos estaban cansados del
interminable rodaje. Interminable se le hacía a todos, pero esta película daría
millones de dólares al director y al productor, convirtiéndose en los más ricos
del mundo… pero había cierto problema: Standley, un cámara, era en realidad un
terrorista disfrazado buscado por la Interpol,
ya encarcelado varias veces. Se dedicaba a robar, matar, volar todo lo que
fuera posible o estuviera a su alcance.
Algo pasaba, la policía ya sabía
su plan: volar el estudio con él dentro, pero nuevamente había otro “pero”…esto
no era real, era un sueño que soñaba un niño siendo una liosa historia que
nunca acabará jamás hasta que el niño despierte….
Todo esto lo pensaba una mujer de
ojos castaños para incluirlo en su codiciado y visitado blog. Pero esto no
termina aquí, porque nada de esto es real, ya que la verdad es que la persona
que inventó esta historia es una mente llena de curiosidades y ganas de
escribir.
Francisco Guzmán Ruiz (2º ESO B)
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