Las Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer, están caracterizada por la unión entre lo explicable y lo inexplicable. Esta característica es muy importante para Bécquer ya que hace que en sus leyendas todo sea posible.
Un ejemplo en el que se puede apreciar lo sobrenatural es en "El Monte de las Ánimas" en la que podemos destacar el momento en el que un cazador que se extravió por el monte la noche de Ánimas y antes de morir pudo contar lo que vio esa noche.
Las campanas doblan, la oración ha sonado en San Juan del Duero, las ánimas del monte comenzarán ahora a levantar sus amarillentos cráneos de entre las malezas que cubren sus fosas… ¡Las ánimas! Cuya sola vista puede helar de horror la sangre del más valiente, tornar sus cabellos blancos o arrebatarle en el torbellino de su fantástica carrera como una hoja que arrastra el viento sin que sepa a dónde.
Además, se puede apreciar en distintos momentos de esta obra el misterio. Uno de esos momentos es cuando para dar comienzo a esta historia se dice:
Yo la oí en el mismo lugar en que acaeció, y la he escrito volviendo algunas veces la cabeza con miedo cuando sentía crujir los cristales de mi balcón, estremecidos por el aire frío
Para continuar, Gustavo Adolfo Bécquer, al hacer sus obras se ayuda de la realidad como bien se explica en el principio, y esta realidad es muy importante ya que hace que se asemejen la realidad y lo sobrenatural y este enlace provoca plantearse al lector la posibilidad de la existencia de elementos fantásticos.
Desde entonces dicen que cuando llega la noche de difuntos se oye doblar sola la campana de la capilla, y que las ánimas de los muertos, envueltas en jirones de sus sudarios, corren como en una cacería fantástica por entre las breñas y los zarzales. Los ciervos braman espantados, los lobos aúllan, las culebras dan horrorosos silbidos, y al otro día se han visto impresas en la nieve las huellas de los descarnados pies en los esqueletos
En el párrafo anterior se puede apreciar la alianza entre lo real y lo surrealista. Ya que es un elemento fantástico que los muertos se levanten y corran como en una cacería pero al mismo tiempo es real que los ciervos braman, los lobos aúllan y las culebras silban.
En "Maese Pérez, el organista" el mayor componente de misterio es en el momento en el que el organista muere. Debido a que, tras la muerte nada es conocido de forma exacta por el ser humano.
En esta historia, la parte fundamental de lo sobrenatural se encuentra en el siguiente fragmento, este es el momento en el que después de la muerte de Maese Pérez su hija vuelve por la noche para intentar practicar para la misa del día siguiente.
Vi un hombre que en silencio y vuelto de espaldas hacia el sitio en que yo estaba recorría con una mano las teclas del órgano mientras tocaba con la otra a sus registros… y el órgano sonaba, pero sonaba de una manera indescriptible. Cada una de sus notas parecía un sollozo ahogado dentro del tubo de metal, que vibraba con aire comprimido en su hueco, y reproducía el tono sordo, casi imperceptible, pero justo.
Y el reloj de la catedral continuaba dando la hora y el hombre aquél proseguía dando la hora recorriendo las teclas. Yo oía hasta su respiración.
El hombre aquél había vuelto la cara y me había mirado…; digo mal, no me había mirado, porque era ciego…. ¡Era mi padre!
Al mismo tiempo, en el párrafo anterior también hay una importante muestra de misterio y es en el momento en el que la hija describe el momento y los sonidos que se apreciaban.
Y el reloj de la catedral continuaba dando la hora y el hombre aquél proseguía dando la hora recorriendo las teclas. Yo oía hasta su respiración.
Además, en esta leyenda se aprecia un tipo de creencia que no se aprecia en el resto de leyendas, y esta creencia es en dios, la virgen María y el resto de los santos. Ya que en diversos momentos de esta leyenda se pueden aprecia expresiones de creyentes como por ejemplo:
-Rezad un Paternóster y un Ave María al Arcángel San Miguel
-Percibe el espíritu.
También hay otro fragmento relativo al misterio que tal vez sea más importante que el anterior. En este fragmento, la joven hija intentaba creer que ella no era la única que veía al órgano sonar solo.
-¡Miradle! ¡Miradle!---decía la joven fijando sus desencajados ojos en banquillo, de donde se había levantado asombrada para agarrarse con sus manos convulsas al barandal de la tribuna.
El órgano estaba solo, y, no obstante, el órgano seguía sonando.
Por último voy a explicar "El Rayo de Luna". En esta obra destaca más que en el resto la presencia de elementos fantásticos y misteriosos. Manrique, a lo largo de la historia está constantemente en un mundo irreal, es su imaginación. Esto, se aprecia en lo siguiente:
Creía que entre las roja ascuas del hogar habitaban espíritus del fuego de mil colores, que corrían como insectos de oro a lo largo de los troncos encendido, o danzaban en una luminosa ronda de chispas en la cúspide de las llamas, y se pasaba las horas muertas sentado en un escabel junto a la alta chimenea gótica, inmóvil y con los ojos fijos en la lumbre.
Creía que en el fondo de las ondas del río, entre los musgos de la fuente y los vapores del lago, vivían unas mujeres misteriosas, hadas, sílfides u ondinas, que exhalaban lamentos y suspiros, o cantaban y se reían en el monótono rumor del agua, rumor que oían en silencio intentando traducirlo.
Y como le decía uno de sus escuderos al joven Manrique:
¿Por qué no despertáis de ese letargo?
Marta Hurtado Martínez 4ºA
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