La belleza en las leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer se representa como algo completamente inalcanzable y hermoso, como se refleja en la leyenda "Maese Pérez, el organista", donde se describen los acordes de la siguiente manera:
«... A este primer acorde, que parecía una voz que se elevaba desde la tierra al cielo, respondió otro lejano y suave que fue creciendo, creciendo, hasta convertirse en un torrente de atronadora armonía».
«..Cantos celestes como los que acarician los oídos en los momentos de éxtasis; cantos que percibe el espíritu y no los puede repetir el labio..»
En la leyenda: " El rayo de la luna" se habla de una mujer hermosa la cual se acaba convirtiendo en un rayo de luna, su belleza se representa de esta forma:
«.. En aquella barca había creído distinguir una forma blanca y esbelta, una mujer sin duda, la mujer que había visto en los templarios, la mujer de sus sueños, la realización de sus más locas esperanzas».
«¡Y qué bien sientan unos ojos azules, muy rasgados y adormidos, y una cabellera suelta, flotante y oscura, a una mujer alta.. porque.. ella es alta, alta y esbelta como esos ángeles de las portadas de nuestras basílicas, cuyos ovalados rostros envuelven en un misterioso crepúsculo las sombras de sus doseles de granito! ¡Su voz!.. su voz la he oído... su voz es suave como el rumor del viento en las hojas de los álamos, y su andar acompasado y majestuoso como las cadencias de una música».
En la leyenda "El monte de las Ánimas" también se representa la belleza de Beatriz, una mujer hermosa, sobre todo para los ojos de su primo.
Dafne Ullauri 4º ESO B
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