Bécquer describe la imagen de la mujer con personajes muy diferentes entre sí. Aunque podemos percibir que le encantaba hablar de mujeres hermosas difíciles de conquistar o incluso inalcanzables "¡Y qué bien sientan unos ojos azules, muy rasgados y adormilados, y uns cabellera suelta, flotante y oscura, a una mujer alta. Porque ... ella es alta , alta y esbelta como esos ángeles de las portadas de nuestras basílicas!" (El rayo de luna). Debido a esto, el hombre termina sufriendo al no poder tenerla "- Hermosa prima - exclamó al fin Alonso rompiendo el largo silencio en el que se encontraban -; pronto vamos a separarnos tal vez para siempre; las áridas llanuras de Castilla , sus costumbres toscas y guerreras , sus hábitos sencillos y parciales sé que no te gustan ; te he oído suspirar varias veces , acaso por algun galan de tu lejano señorío." (El monte de las Ánimas).
Sin embargo en la leyenda Maese de Pérez, el organista, no se describen a mujeres hermosas y cautivadoras, sino a mujeres muy religiosas y a la vez chismosas "De nuestra casita a la iglesia y de la iglesia a nuestra casita ", "¡ El señor del gran poder nos avisa! ¡vecina ! ", "Tambien está aquí el flamencote , a quien se dice que no han echado ya el aguante de los señores de la cruz."
En estas leyendas no solo es el hombre el que sufre , al principio de la leyenda El monte de las Ánimas las mujeres sufren por sus hijos los cuales murieron en la masacre "No se acordaron de ella las fieras ; antes la tendrían presente tantas madres como arrastraron sendos lutos por sus hijos". También se puede ver un sentimiento de culpabilidad en El monte de las Ánimas expresándose en la noche horrible paso Beatriz debido a que anteriormente envió a su primo a ir a por la banda azul en plena noche con todos los riesgos que esto conllevaba.
Bécquer no solo escribió sobre mujeres reales, en El rayo de luna primeramente se habla de unas mujeres misteriosas, hadas, silfides u ondinas que vivían al fondo del río y las cuales se alimentaban de lamentos y suspiros . En este mismo relato el protagonista se enamora de una mujer bella, extranjera y de rostro desconocido, pero resultó que esa mujer tan hermosa solo era un rayo de luna "Era un rayo de luna, un rayo de luna que penetraba a intervalos por entre la verde bóveda de los árboles cuando el viento movía sus alas".
Laura Macías Lorente 4ºB
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