martes, 28 de enero de 2020

El tiempo en las Leyendas de Bécquer


EL TIEMPO EN LAS LEYENDAS DE BÉCQUER

El tiempo en las Leyendas de Bécquer se puede tener en cuenta de dos formas diferentes, ya que en esta leyenda puede ser utilizado como tiempo atmosférico y tiempo en cuanto horario o duración de determinada situación. Esto lo podemos ver reflejado en la leyenda "El Monte de las Ánimas" en el comienzo de esta leyenda se puede apreciar uno de los ejemplos.

La noche de difuntos me despertó a no sé qué hora.

Algunas veces volvía la cabeza con miedo cuando sentía crujir los cristales de mi balcón, estremecidos por el aire frío de la noche.

En esta leyenda el tiempo transmite pesimismo ya que el tiempo siempre era frío y las horas se pasaban lentamente debido a la noche en vela provocada por el miedo.

La noche se acerca, es día de Todos los Santos. Dentro de poco sonará la oración en los templarios, y las ánimas de los difuntos comenzarán a tañer su campana en la capilla del monte.
-Aún no hace un año que has venido a este país, refrena tu yegua, yo también pondré la mía al paso, y mientras dure el camino te contaré esa historia. Los cazadores que cazaban por manía realizaron una gran batida en el coto a pesar de las severas prohibiciones de los clérigos, la expedición se llevó a cabo. no se acordaron de ella las fieras;antes la tendrían presentes tantas madres como arrastraron sendos lutos por sus hijos. Por último, intervino la autoridad del rey y el monte se declaró abandonado. Desde entonces ocurren sucesos inexplicables, y por eso quiero salir de él antes que cierre la noche. Dice alonso a su prima.
Estos llegaron al palacio de los Condes y ya ambos guardaban hacía rato un profundo silencio.
-Pronto vamos a separarnos tal vez para siempre, dice Alonso a su prima rompiendo ese largo silencio. Presiento que no tardaré en perderte, Alonso quiso darle algo de recuerdo para cuando se separasen.
Pero Beatriz dijo. -solo se aceptan regalos en ceremonias.
Por lo tanto ese día si se aceptaban ya que era el día de los Santos.
Beatriz le dijo a Alonso. -¿Te acuerdas de la banda azul que llevé hoy a la cacería, y que por no sé que emblema de su color me dijiste que era la divisa de tu alma?Pues se a perdido en el monte y tenía pensado darte eso como recuerdo.
-Otra noche volaría por esa banda, sin embargo esta noche...esta noche tengo miedo. Las ánimas del monte comenzarán ahora a salir de sus fosas. Dice Alfonso a su prima con tristeza.
-¡Ir al monte por semejante friolera! Y cuajado el camino de lobos. Dice Beatriz con una segunda intención.
-Adiós Beatriz, adiós...Hasta pronto.
A los pocos minutos se escuchó trotar un caballo, el sonido se iba debilitando hasta que se desvaneció por último, el aire zumbaba. Había pasado una hora, dos, tres; la media noche y Alonso no volvía, cuando en menos de una hora pudiera haberlo hecho.
Beatriz, asustada por los ruidos de la noche, el viento gemía en los vidrios de la ventana y del balcón. Así pasó una hora, dos, la noche, un siglo, porque la noche para ella pareció eterna. Después de una noche de insomnio y de terrores, a Beatriz le parecía hermosa la luz del día. Sus servidores llegaron a la mañana para anunciarle la muerte de su primogénito de Alcudiel. A otro día antes de morir un cazador pudo contar lo que viera, refirió cosas horribles. 

En esta leyenda la historia parece muy real pero con puntos de fantasía, al igual que la leyenda de "Maese Pérez, el organista" aunque se diferencia en una cosa y es que solo el tiempo es utilizado como fantasía, al contrario de lo que sucede en El Monte de las Ánimas. 

Esperaba que comenzase la Misa del Gallo, después de oírla, aguardé impaciente que comenzara la ceremonia. - ¿En qué consiste que el órgano de Maese Pérez suena ahora tan mal? - Se cayó a pedazos, de puro viejo, hace una porción de años. Contestó la vieja. Aquel que baja en este momento de su litera para dar la mano a esa otra señora, es el marqués de Moscoso. Se dice que antes de poner sus ojos sobre esta dama había pedido en matrimonio a la hija de de un opulento señor.
(No hay justicia para los pobres y estas lo son). - Ya comienzan los golpes...¡Vecina! ¡vecina! Aquí... antes que cierren las puertas. Pero, ¡calle! ¿Qué es eso? ¿Aún no ha comenzado cuando lo dejan?
¿Qué resplandor es aquel?...¡Hachas encendidas! ¡Literas! Es el señor arzobispo...

- La Virgen Santísima del Amparo, a quien invocaba ahora mismo con el pensamiento, lo trae en mi ayuda.
Maese Pérez era ciego y una vez le preguntaron que cuanto daría por recuperar su vista a lo que el respondió. 
 - Mucho pero no tanto como creéis, porque tengo esperanzas. 
 - ¿Esperanzas de ver? 
 - Sí, y muy pronto, ya cuento setenta y seis años; por muy larga que se mi vida, pronto veré a Dios... 
 - Siempre toca bien, siempre; pero en semejante noche como esta es un prodigio... Él tiene una gran devoción por esta ceremonia de la Misa del Gallo, y cuando levanta la Sagrada Forma, al punto y hora de las doce, que es cuando vino al mundo Nuestro Señor Jesucristo... las voces de su órgano son voces de ángeles...
- En fin, ¿para que tengo que ponderarle lo que esta noche oirá. Era la hora de que comenzase la misa. Transcurrieron, sin embargo, algunos minutos sin que el celebrante apareciese. Unos de los familiares dijo el motivo de la ausencia de Maese Pérez. 
 - Maese Pérez se ha puesto malo, muy malo, y será imposible que asista esta noche a la misa.
Las personas asistidas a tal día empezaron a murmullar y a impacientarse. A esto que aparece Maese Pérez, pálido y desencajado. - no- había dicho- ésta es la última, lo conozco, lo conozco, y no quiero morir sin visitar mi órgano, y esta noche sobre todo, la Nochebuena.
En aquel momento sonaban las doce en el reloj de la catedral. Maese Pérez comenzó a tocar el órgano.
De pronto el sonido se debilita y suena el grito de una mujer. Maese Pérez había muerto. Tras pasar un año...
En memoria de Maese Pérez un organista decidió tocar por él, en la Misa del Gallo, las notas sonaban traídas en ráfagas de viento.
Había transcurrido un año más, y la hija de Maese Pérez se encontraba en catedral. 
- Sonaba una hora no sé cuál, vi a un hombre tocar las teclas. Yo oía hasta su respiración. Sentía en mi cuerpo con un frío glacial, y en mis sienes, fuego... Entonces quise gritar pero no pude. Relata la hija. La misa va a comenzar y ya esperan con impaciencia los fieles. Comenzó la misa y prosiguió sin que ocurriese nada de notable hasta que llegó la consagración. En aquel momento sonó el órgano, y al mismo tiempo que el órgano un grito de la hija de Maese Pérez...
En mi opinión esta leyenda la definiría como leal a su corazón, ya que Maese Pérez hasta en su últimos momentos de vida decide dedicarlos a lo que más ama (su órgano).

Al igual que en la leyenda... "El Rayo de Luna" Manrique se enamora de una mujer cuyo aspecto es irreconocible ya que solo se puede ver mediante los rayos de luz de la luna. En esta leyenda muchos de los lectores pueden pensar que Manrique pierde el tiempo buscando a la mujer ya que podría ser imaginaria. Sin embargo yo pienso que lo aprovechó porque fue fiel a sus sentimientos y aprovechó su tiempo a lo que realmente le motivaba que era ella, aunque finalmente no la haya encontrado y no haya podido estar con ella como a él le hubiese gustado, por lo menos aprovechó el tiempo en lugar a como lo estaba desperdiciando antes; contando las estrellas del cielo, acurrucado en una piedra, es decir, haciendo que el tiempo pasara, hasta que llegó ella.


Marina Guindo Galindo 4ºB

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