domingo, 19 de enero de 2020

LA MAGIA EN FINIS MUNDI

La magia en Finis Mundi aparece en los tres capítulos que tiene, ocurre en los hechizos creados por las meigas, en los Tres Ejes y algunos personajes son hechizados por culpa de las meigas.


Aquí dejo unos ejemplos.

Las meigas que aparecen en el libro hacen hechizos y ahí es uno de los momentos donde ocurre la magia en el libro de Finis Mundi.

Frente a ellos, cortándoles la retirada, había dos figuras femeninas, vestidas de negro y gris, con los cabellos flotando en torno a ellas, como mecidos por una brisa fantasmal.

Otro momento donde aparece la magia en el libro de Finis Mundi es cuando las meigas hechizan a Mattius para que les dijera dónde estaba el Eje del Futuro.

Había sido un buen intento, se dijo Mattius. García se quedó observándole, como para decidir qué hacer con él.

-Mátale –sugirió la portavoz de las meigas-. Está indefenso.

-No. Si no es él quien tiene el eje, por lo menos podrá decirnos donde está. De todas formas, podríais ayudarme a mantenerlo quieto.

-Por supuesto.

Las meigas comenzaron entonces a entonar un curioso cántico. Mattius no entendió lo que decían, pero no le gustó.

El cofrade se aproximó de nuevo para registrarle. Mattius quiso volver a resistirse, pero descubrió que ahora ya no podía; por alguna razón, su cuerpo estaba inmovilizado. Una ola de terror helado le recorrió por dentro cuando fue consciente de que le habían sometido a algún tipo de hechizo. Esta vez no pudo hacer nada para evitar la inspección. 

Hay otro momento donde ocurre la magia que es el momento en el que García le da un antídoto a Mattius.

Sintió que las piernas le flaqueaban y supuso que iba a morir de una forma lenta y dolorosa. <Mala suerte, Michel>, se dijo. <Tendrás que seguir tú solo>.

García se inclinó sobre él.

-¿Dónde está el tercer eje? -preguntó.

-¿Vas a proporcionarme el antídoto si te lo digo? -replicó Mattius a su vez.

García se quedó perplejo. Evidentemente, no era esa la respuesta que esperaba.

-¿Dónde está el tercer eje? –repitió.

-¿De verdad crees que te lo voy a contar solo porque me lo preguntes?

El castellano se quedó mirando un momento el frasco vacío que aún sostenía en la mano.

-No te ha hecho efecto –comentó-. Le diré a Lucía que su pócima no ha dado resultado. No tendré más remedio que utilizar mis métodos.

¿Qué la pócima no había dado resultado? Mattius comprendió de pronto: no era un veneno, sino una especie de suero de la verdad que, por alguna razón no le había afectado.


Alejandra Madrid Ortiz 3º ESO B

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