
Las hijas tienen un profundo respeto
hacia su madre que impone poder y orden con su bastón. Todas las hijas están sometidas a ella excepto Adela, la cual, tras su madre imponer el luto de 8 años, ella saca su lado rebelde oponiéndose a las órdenes de su esta. Con estas actitudes Bernarda consigue que en su casa se cree una ambiente sin amor y sin alegría donde lo único que importa a la matriarca de la familia es el "qué dirán". Repercute tanto eseste aspecto en Bernarda que en un momento de la obra una de las hijas exclama lo siguiente: "Nos pudrimos por el qué dirán."
Virginia Justicia Rodríguez
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