martes, 17 de marzo de 2020

La fantasía en Finis Mundi

El tema que me asignaron fue la fantasía, la cual aparece en la novela varias veces.

El primer ojo fue el eje del pasado.

Prendida en los caros ropajes del Emperador, había una joya de oro con forma de ojo forjado en una finísima filigrana. En el centro a modo pupila, relucía una piedra de un color tan extraño que ninguno de los tres podía identificarlos.

El segundo eje el del presente.

Les mostró cada rincón, cada recoveco, cada palmo del cielo, la tierra y el mar. Y descubrió con asombro que el mundo era inmenso, mucho más de lo que nunca podrían imaginar.

Vio tantos crímenes y tanta miseria que comprendió que ni aun viviendo mil años mas podría librarse de aquella carga. En todas partes había guerras hambre odio y miedo.

El último pero no el menos importante el eje del futuro.

Michel se incorporó y se aproximó a la estatuilla. La tomó en sus manos y la depositó en el suelo. Levantó la parte superior del pedestal de piedra:estaba hueco. Dentro había un pequeño paquete. Michel lo cogió con un escalofrío y lo desenvolvió. Alzó el objeto hacia el rayo de luz.

Michel vio con sorpresa a Mattius y Lucía esperando a un hijo y comprendió que estaba contemplando el futuro. 

Donde también aparece fantasía es cuando aparecen las meigas (brujas).

De las sombras del bosque había surgió una mujer anciana que llevaba una capa gris y un tocado de plumas de lechuza. Su cuerpo emanaba un levísimo resplandor plateado, y el juglar adivinó que era una meiga de gran poder.

-Ahora eres tú el que cacarea- comentó Michel con una sonrisa, pero mostrándose algo incómodo-. Mira, esta es Isabel, Madre de la Hermandad del Bosque. La más poderosa de todas las meigas. 


ALMUDENA FERNÁNDEZ JIMÉNEZ 3º A

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