En Finis Mundi, la magia se muestra de distintas formas, pero principalmente en los ejes del tiempo y las meigas.
Los ejes del tiempo están divididos en tres: el eje del pasado, el eje del presente y el eje del futuro los cuales tienen diferentes poderes. Mientras que las meigas son una especie de brujas gallegas que protegen el bosque y son buenas, son capaces de deshacer hechizos y transformarse en animales.
En Finis Mundi se da un encuentro con ellas ya que asaltan a Mattius y Michel este último escapa pero le lanzan un hechizo a Mattius y es atrapado.
Una de las brujas hizo un breve movimiento con la mano. Los caballos se encabritaron, y Mattius perdió el control del suyo. Antes de caer al suelo, tuvo una fugaz visión del caballo de Michel escapando a galope, llevando al aterrorizado monje fuertemente aferrado a las riendas.
Poco después aparece un ave plateada posándose en un monumento de piedra. Amenazando a Fiona la líder del grupo.
-¿Por qué has hecho esto? ¿Qué te han ofrecido estos adoradores de Satanás? ¿Dinero, riquezas, poder?
Tras ser salvados se da a conocer que el ave plateada es una anciana la cual es la lider de la hermandad del bosque acompañada de su nieta Lucia.
La historia de Finis Mundi se da en torno a la búsqueda de los tres ejes.
Carlomagno reposaba intacto en su sepultura como si no hubieran pasado los años por él, como si simplemente estuviera durmiendo o inconsciente y conservaba el porte regio incluso en aquella situación.
El segundo es el eje del futuro el cual se ubica en una iglesia en Finisterre.
Entraron en la ermita, baja, pequeña y oscura. Dentro, un leve rayo de luz entraba tímidamente a través de la estrecha ventana.
Y el tercer y último eje que encuentran es el eje del pasado el cual esta en Stonehenge.
Pedro Torres Fernández 3ºA
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