sábado, 19 de abril de 2014

El celoso extremeño

¿Qué relación guarda la forma de pensar del viejo con respecto al dinero y las mujeres con su modo de obrar tras la boda?

En la novela El celoso extremeño, Carrizales, personaje principal de la obra, es un hombre avaricioso que su único afán es conseguir dinero tras gastar toda su fortuna. Así al partir hacia Tierrafirme adquirió una gran cantidad de dinero y viéndose afortunado regresó a España ("anduvo gastando así los años como la hacienda", "alcanzó a tener más de ciento y cincuenta mil pesos ensayados").

Una vez aquí, era tal su fortuna que no sabía en que invertirla ("Viéndose, pues rico y próspero ahora no podía sosegar de rico, que tan pesada carga es la riqueza al que no está usado a tenerla, ni sabe usar della").

Otra de sus características eran sus celos, tenía este problema con las mujeres, no podía ni imaginar a una mujer con otro hombre, pues se ponía enfermo ("De su natural condición era el más celoso hombre del mundo aun sin estar casado, pues con sólo la imaginación de serlo le comenzaban a ofender los celos, a fatigar las sospechas y a sobresaltar las imaginaciones").

Carrizales tenía obsesión por el dinero y por los celos, lo que hizo que tras su boda tuviera a su mujer, junto a sus criadas y cuidadoras encerradas sin asomar a la calle, entre las más valiosas cosas que por su fortuna Carrizales les había ofrecido, una muy buena casa, comida y todo aquello que desearan. Sin ver otros hombres, más que a Felipe pues sus celos todo lo podían ("tal estaba de abrasado el pecho del celoso viejo. El cual dio el sí de esposo, cuando le embistió un tropel de rabiosos celos"," prometióles que las trataría y regalaría a todas de manera que no sintieses su encerramiento").

Todo este pensamiento pareció desaparecer cuando el viejo iba a morir, tras la supuesta ofensa de su mujer Leonora con Loaysa, pues mandó cambiar su testamento dándole una muy buena dote y consintiendo que si era su deseo  hiciera su vida con Loaysa ("Traiga luego aquí un escribano para hacer de nuevo mi testamento, en el cual mandaré doblar la dote a Leonora y que después de mis días disponga su voluntad").

Murió él, siendo culpable de privar a su mujer de la libertad debido a sus celos queriéndola recompensar con todo el lujo que pudiera ("que yo haya sido el fabricador del veneno que me va quitando la vida"; "Así como yo fui extremado en lo que hice, yo soy el que como el gusano de seda me fabriqué la casa donde muriese").

Mercedes Justicia Ruedas, 1º Bachillerato A

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