lunes, 3 de junio de 2013

Elementos mágicos (capítulos 7/12)

Laura Esquivel en la obra Como agua para chocolate, usa características del realismo aunque también al mismo tiempo emplea elementos mágicos que se encuentran a lo largo de toda ella.

Por ejemplo, en el capítulo VII. (Caldo de colita de res) cuando Tita está en casa del doctor Brown, al llegar Chencha con un plato de caldo, Tita recordó que cuando estaba enferma, Nacha siempre estaba a su lado y le preparaba ese plato que tanto le gustaba y que ahora estaban tomando, eran tantos los recuerdos que Tita no pudo aguantar las lágrimas y John interrumpió el momento al ver el riachuelo que corría escaleras abajo.

En el capítulo VIII. (Champandongo) se dice que mientras Tita estaba en el lugar donde se bañaba Mamá Elena, apareció Pedro y con la luz apagada y sobre la cama de latón le hizo perder su virginidad y conocer el verdadero amor, Rosaura entre tanto intentaba dormir a su niña y al cruzar por la ventana vio salir del cuarto oscuro un resplandor extraño, volutas fosforescentes se elevaban hacia el cielo como delicadas luces de bengala al mismo tiempo en que Pedro y Tita hacían el amor.

A lo largo de los siguientes capítulos Mamá Elena aparece discutiendo con Tita por su intromisión entre él y su hermana Rosaura "-Te dije muchas veces que no te acercaras a Pedro. ¿Por qué lo hiciste? -… Yo lo intenté mami… pero… -¡Pero nada! ¡Lo que has hecho no tiene nombre! ¡Te has olvidado de lo que es la moral, el respeto, las buenas costumbres! No vales nada…"

Por último ya, en el capítulo XII. (Chiles en nogada) el elemento mágico principal se encuentra en la comida que prepara Tita ya que al estar junto a Pedro siente tanto amor que las personas que prueban la comida sienten el gran deseo de amarse con sus parejas y se marchan a toda prisa. Pedro y Tita dándose cuenta de que están solos y se van al cuarto oscuro que Nacha había adornado previamente consuman su amor una vez más. Pedro muere durante el acto y Tita al darse cuenta de que con su muerte no tendría la posibilidad de volver a encender su fuego interior y que su calor natural se iba extinguiendo comió una caja de cerillos y recordando los momentos más apasionados junto a Pedro los cerillos se encendieron, poco a poco iba viendo con más claridad hasta ver un túnel donde Pedro le esperaba, sin dudarlo, se dejó ir a su encuentro y ambos se fundieron en un largo abrazo. En ese momento los cuerpos ardientes comenzaron a lanzar chispas que incendiaron todo el rancho.
 

Alberto Pérez (4ºC)

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