miércoles, 5 de junio de 2013

Nacha

Es uno de los personajes más importantes de la novela. Responsable de la adoración de Tita por la cocina, Nacha fue más que la cocinera del rancho: era como una madre para Tita, una madre amorosa que le enseñaba con paciencia, que la cubría en sus picardías, que la mimaba en sus enfermedades y la arropaba cada noche. Incluso despues de su muerte siguió acompañando y aconsejando a Tita, y nunca la dejó sola ante las tristezas y soledades que estaban siempre rondando a Tita.
Nacha trabajaba en el Rancho desde hace mucho tiempo, cuando la madre de Mamá Elena era la jefa del hogar. En esos días, Nacha tenía un novio que la visitaba. Ante el desagrado de la madre de Elena, corrió al novio y no permitió su regreso al Rancho. Así Nacha perdió la única oportunidad de amar que tuvo en su vida, razón de más para comprender en todo sentido a Tita en la penosa situación con Pedro y el infortunado destino que había de tocarle.
La noche anterior a la boda de Rosaura y Pedro, Nacha y Tita preparaban el pastel de bodas. Tita, angustiada, lloró sobre la comida dejándole un imperceptible sabor a tristeza que luego hubo de descomponer a los invitados a la celebración. Nacha, para asegurarse del buen estado de los alimentos, probó un poco, pero lo suficiente como para irse a dormir esa noche convertida en un mar de lágrimas. Tan triste se hallaba al otro día que no pudo asistir a la boda, prefirió quedarse en cama. Tampoco se molestó por ello, visto que nunca tuvo buena afinidad con Rosaura por ser esta muy melindrosa con los alimentos desde pequeña. Nacha, como Tita, prefería cumplir con sus tareas aún siendo un espíritu libre, actuando con sutileza para lograr cambios hacia una situación mejor.
Al regresar Tita de la boda de su hermana encontró a Nacha muerta sobre su cama, abrazada a una foto de ese amor que le fue negado. Tal como ocurrió con Tita, tal como ocurrió con Elena, Nacha señala lo que puede ser considerado como una de las tres "generaciones" del Rancho marcadas por la frustración amorosa, el desencanto a la vida, y la lucha por mantener el equilibrio en situaciones entristecedoras y desconcertantes.
 
Jose Carlos Montes del Moral (4ºC)
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario