sábado, 24 de mayo de 2014

El moral

Cada vez que veo un moral, rememoro algunos de los momentos más felices de mi infancia. Este esplendoroso árbol es tan especial porque está en un lugar muy importante de mi infancia donde he reído y he llorado. Ese lugar es el cortijo de mi abuelo, un lugar con unas estupendas vistas en el cual se pueden ver animales de gran variedad, ver la vegetación característica de la zona y escuchar el dulce canturreo de los pájaros que para algunas personas puede ser molesto. 
El moral se encontraba justo antes de entrar al cortijo. Pero no solo por eso es especial sino porque ahí es donde jugaba con mis primos porque ese árbol es tan enorme que se podía jugar allí ¿y cuál es el mejor juego en un espacio tan grande y frondoso? Para nosotros era jugar al escondite. Nos lo pasábamos bien pero como suele pasar en todos los juegos, siempre hay alguien que se enfada. Y cuando nos pasaba eso nos entreteníamos en otra cosa. Normalmente solíamos recolectar moras para hacer una especie de zumo con agua, moras y azúcar. Pero el problema era que como había que coger muchas moras y nosotros éramos de aburrirnos pronto le echábamos mucha agua y, bueno, el resultado era una porquería. Pero eso no era todo, ya que, al acercarnos al lugar donde los mayores descansaban nos veían con tantas manchas que estaba claro lo que ocurría. Nos regañaban por las manchas en la ropa y nos mandaban a la pequeña alberca justo delante de aquel moral para que eliminásemos las manchas de nuestro cuerpo. Pero el castigo de la alberca no era tan mal castigo, porque allí jugábamos con el agua y juegos que hacíamos que intenta hacerme sonar pero no los recuerdo. Y cómo no, también había una colchoneta, que como siempre, era disputada para ver quién se quedaba con ella pero ella provocaba que el baño acabara debido a que habitualmente había berrinche por parte de una persona, lo que hacía que los mayores regañaran al resto y nos hicieran salir para secarnos y dar por terminado el día. 
Ese moral me hace recordar esos grandes momentos de mi niñez en el cortijito de mi abuelo y los momentos de diversión con mis primos y familiares.


Pedro Jesús Martínez Varela, 1ºA

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