domingo, 11 de mayo de 2014

Recuerdos junto al río

Recuerdo, cada vez que paso por ese sitio, situado a las afueras de mi pueblo, Cambil, cómo pasaba aquellos días de mi infancia jugando en ese sitio. Puede no ser un sitio tan espléndido para muchas personas, pero a mí personalmente me inspira un recuerdo muy dulce de mi infancia, un caminito que sale de Cambil, guiado junto al río, un caminito con un gran follaje a su alrededor, cubierto de árboles, arropándolo en su sombra. En un punto de este camino recuerdo que el curso del río se cruzaba con este y, allí, mis amigos y yo jugábamos a cruzar aquel riachuelo con las bicicletas. Recuerdo que en más de una ocasión caí al suelo y quedé empapado, pero me daba igual, me ponía en pie y seguía jugando ya que no tenía mayor preocupación que mi ropa se secara para cuando llegara a casa y que no me riñera mi madre.
En otra ocasión recuerdo que un amigo cayó y se hizo una herida bastante grande por lo que el grupo de amigos tuvimos que llevarlo a él junto con su bici a su casa para que su madre lo llevara al médico a curar aquella herida; al parecer no fue nada grave y a los pocos días volvió con nosotros a jugar como siempre.
Hoy en día, pasar por allí me hace recordar aquellos momentos en los que solo me importaba divertirme y pasarlo bien sin más, a la vez me produce una preocupación, ya que todo ha cambiado mucho, pero para peor, ya que recuerdo que por entonces, cuando yo iba a ese lugar, estaba todo muy verde, había árboles y plantas por todas partes, pequeños insectos, algún que otro conejo, etc. Sin embargo todas esas plantas están siendo sustituidas por cortijos, todos los animales están desapareciendo debido a los productos que usan los agricultores para quitar las malas hiervas en el campo, y esto a mi entender no es muy bueno, ya que estamos destruyendo el entorno sin darnos cuenta.
Sea como sea siempre quedará el recuerdo de las veces que he jugado allí, de cómo era aquel maravilloso paisaje y con eso, con mí recuerdo tengo suficiente como para poder alegrarme de haber pasado aquella maravillosa infancia con mis amigos en aquel caminito junto al río, aunque los tiempos ya hayan cambiado y ya jugar como antes no sea lo que más deseo en este mundo, siempre podré volver a ese lugar para acordarme de todo aquello con gran anhelo y, a su vez, con gran alegría.

Juan Andrés López Martínez (1º Bto A)

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