Hallome yo un día de mi tierna infancia contemplando la flagrante expectación de la vuelta ciclista a Sierra Mágina, cuando observé a otros infantes imitando a los profesionales, corriendo con sus vehículos no motorizados en las calles contiguas y decidí hacer lo mismo.
Me dispuse a coger mi bicicleta y unirme a la tropa, ¡pero más que infortunio! En mitad de la emocionante carrera me di cuenta de que sufrí sabotaje y cuando quise dar cuenta ya me hallaba cuesta a bajo y sintiendo una velocidad de 73 Km/h y una aceleración de 5.3 m/s2.
Tenía la esperanza de que algo me frenara, pero lo que me frenó fue un bordillo que me hizo rebotar y caer sobre una piedra tan grande como el peñón de Gibraltar.

Me surgió el pánico cuando un doctor entró con aguja e hilo para cerrarme la herida, nunca había tenido una operación y me iba el corazón a 100 por hora. Mientras me ponían los puntos, el doctor intentaba distraerme hablándome de fútbol y otra cosas.
Al final me pusieron 5 puntos y dos semanas de reposo, aunque la escayola me legaba hasta el cuello y casi me ahoga.
Después de todo esto, todo quedó en un susto (casi infarto) y una cicatriz.
Anónimo;)
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